Cambiamos por una razón




¡Ordena los juguetes!

¿Cuántos de nosotros lo habremos dicho o lo habremos oído?

Tengo un hijo de 8 años, y es el primero, así que pago los patos de padre primerizo.

Hasta hace poco, esta frase, Ordena los juguetes!! (ya me entendéis cuando pongo signos de exclamación) era trending topic en mis conversaciones.

Y un día alguien me dijo que para conseguir un cambio de algo en alguien, primero debíamos eliminar sus barreras al cambio.

Unas barreras que todos y cada uno de nosotros tenemos cuando debemos hacer una cosa y más aún cuando tenemos que cambiar algo que ya tenemos o hacemos.

Para conseguirlo, lo primero que tenemos que hacer es explicar el ¿Por qué?, sólo si entendemos el Sentido de lo que hacemos, seremos capaces de ponernos en marcha.

Llegado a este punto, os podéis imaginar que opté por aplicar esto que había aprendido en mi experiencia de padre novel.

¿¿Créeis que funcionó??

Pues no!!! Mis argumentos no sirvieron para que Roger ordenase sus juguetes.

No sirvieron para ordenarlos, pero en cambio, él había entendido la necesidad de tener ordenada la habitación. Al yo decirle que ordenase su cuarto, él supo restaurar el porqué del orden.

Los días pasaron y no había manera... Hasta que por fin llego el día que había ido pronosticando.

Esa pelotita que hace unos meses le tocó en una máquina, que costó 1€ y con la que jugó 2 minutos... la quería.

Ya sabéis lo que viene ¿no? Vamos a intentar razonar con un niño de 8 años que quiere una pelota (de apenas valor económico) que no encuentra y con la que quiere jugar 2 minutos más.

¿Qué hacemos? 

  • La buscamos y perdemos un tiempo valioso para estar con el niño en la calle jugando.

  • Le decimos que es lo que hay y que se ha perdido.

  • Vamos directamente a comprar una nueva y probamos suerte si es la misma o si le va a parecer bien.

Pues bien, seguimos eliminando barreras a ese cambio; pero esta vez, ya no hace falta explicarle el porqué, puesto que ya lo sabe.

Ahora tiene una necesidad y una motivación para ordenar sus juguetes, quiere encontrar la pelota sea como sea.

Otra pregunta de rigor, ¿créeis que la encontramos?

Pues tampoco, hoy es el día del NO. Pero en vez de la pelota, encontró un dibujo que él mismo había hecho y que hizo que se olvidara de la pelota.

Roger, había entendido que era necesario ordenar los juguetes, pero no lo veía necesario hasta que necesitó hacerlo.  

Pasados unos días, los juguetes estaban ordenados alfabéticamente y por tamaño.

Noooooooooo... Vuelta a empezar, desorden. 

Y es que sostener el cambio en el tiempo requiere de pasar por otras etapas, y esa etapa es que alguien nos tiene que enseñar cómo hacerlo y acompañarnos a lo largo de estas fases de entendimiento y motivación.

El cambio es constante en todo nuestro entorno, y un niño de 8 años tiene muchos cambios por delante; pero cuando antes aprenda a preguntarse el porqué de las cosas y a buscar los beneficios que le aporta, antes conseguirá adoptar los cambios que le llevarán a realizarse como persona.

Si habéis llegado hasta aquí, Muchas Gracias; estoy seguro que os ha pasado lo mismo.



Comentarios

Entradas populares de este blog

7 cims 2023

He vuelto👋🏻

Mis puntos de quiebre